Opciones las hay para todos los gustos: titeres clásicos o modernos, títeres de guante, marionetas de hilo, montajes con actores de carne y hueso, espectáculos de magia y globoflexia, teatro acrobático, danza, espectáculos con saltimbanquis, payasos y hasta musicales en lo que se combinan adivinanzas y trabalenguas con tonadillas conocidas. Para elegir la obra hay que tener en cuenta la edad de los niños, el tema y también la compañía: no queda más remedio que leer en los periódicos los comentarios de la crítica.
En Madrid capital, por ejemplo, que es donde yo me muevo se cuentas muchas salas que mantienen una oferta estable para niños cada fin de semana. La sala San Pol es la única dedicada exclusivamente al teatro infantil; incluso las butacas están adaptadas a los niños. Llevan a escena los personajes más conocidos de los clásicos de la literatura infantil a través de montajes de gran viveza visual y espectacularidad. La programación de la sala Cuarta Pared se nutre de de la literatura infantil actual, con obras que abordan temas tan controvertidos como el racismo. La sala Pradillo mantiene una programación estable centrada en una de las formas teatrales que más gusta a los niños: los títeres. Todas las familias que se acerquen los fines de semana al Museo del Ferrocarril tienen derecho con la entrada, a asistir a una representación teatral.
Sin fecha fija, algunos teatros como el de la Zarzuela escogen entre sus montajes de temporada aquellos que puedan ser aptos para los niños y los programan en sesión de tarde.
Las propuestas de ocio cultural para niños se incrementa durante las vacaciones, sobre todo en Navidad. Las funciones se amplían a días laborables, se estrenan obras, y muchas salas no habituales abren a los más peque´ños sus puestas. No hay que olvidar los centros culturales de cada distrito y las Casas de Cultura de los puebles aledaños.
¿SABIAS QUÉ...? El orígen de los títeres en Europa es religioso. Se representaban los misterios en los atrios de las iglesias y catedrales con títeres.
