domingo, 23 de junio de 2013

Yacimiento arqueológico del Tiermes - Soria

Los arévacos levantaron una ciudad en la llanuras sorianas hace más de 7.000 años. Más tarde los romanos la conquistaron. Con su innata curiosidad, los niños encuentran en este importante yacimiento arqueológico mucho que curiosear.

El yacimiento arqueológico de Tiermes albergó una ciudad que fue muy importante. Al principio se llamaba Termes, luego los romanos le pusieron Termantia y ahora la evolución del castellano la nombra Tiermes.
Los aguerridos guerreros arévacos, una tribu celtíbera, encontraron aquí un lugar estratégico para establecerse. Desde los promontorios rocosos podían defenderla controlando todos los accesos que la muralla no protegía. Para construir sus casas utilizaron como base la propia roca excavada, lo que mejor se conserva ahora. A sus difuntos los enterraban en una necrópolis ubicada en el paraje conocido como Carratiermes, algo alejado del poblado. Ahí lo arqueólogos han encontrado los agujeros circulares donde introducían la urna con las cenizas del muerto junto con su ajuar funerario, todo ello recubierto por unas cuantas priedras.
Fue durante la dominación romana cuando la ciudad tuvo mayor esplendor, y la mayoría de los restos arqueológicos encontrados pertenecen a esta época. Construyeron un foro y reforzaron la muralla. Pero lo que más va llamar la atencion de los niños son las originales canalizaciones del acueducto, que se pueden explorar sin miedo a derrumbamiento. La Casa del Acueducto era una mansión de 1.800 metros cuadrados enmarcada por cuatro calles talladas en la roca; tenía 35 habitaciones.
La ciudad fue perdiendo su importancia hasta quedar reducida a una simple aldea, y en el siglo XVI quedó deshabitada. La ermita románica de Santa María de Tiermes se construyó cuatro siglos antes. El recinto arqueológico puede recorrerse sin trabas, y el aliciente de descubrir nuevos rincones e lo que marca la visita.
Para que los niños recorran con toda seguirdad las canaliaciones dle acueducto es aconsejable llevar consigo una linterna de bolsillo. los márgenes del río Tiermes son un buen lugar para que se expansionen a sus anchas.

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En el Museo Monográfico de Tiermes se exhibe una selección de vestigios arqueológicos encontrados en el yacimiento. La pieza reina es, sin duda, una tumba extraída de la nocrópolis, con esqueleto incluido, y recolocada en medio de la exposición

¿SABÍAS QUÉ...? Casi siempre los asentamientos íberos, denominados appidum, estaban situados en la cima de una colina escarpada, defendidos por un muralla y rodeados por llanuras cultivadas.

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sábado, 8 de junio de 2013

Molinos del Río Perales

Hoy en la agenda senderis,os propongo una ruta por la Sierra Oeste de Madrid.

Para comenzar se coge la carretera de Valdemorillo a Navalagamella, y a unos 4 km, pasando el puente sobre el río Perales el primer camino a la derecha nos lleva hasta la explanada donde aparcamos e iniciamos la marcha.

Para descubrir su tramo más bello, el que atesora más restos de molinos, deberemos reservar un buen día de invierno o primavera temprana y acercarnos al puente que cruza este afluente del Alberche entre los kilómetros 24 y 25 de la carretera de Valdemorillo a Navalagamella. Allí encontraremos una gran explanada, idónea para aparcar, y una pista de tierra por la que nos echaremos a andar río arriba hasta llegar en cinco minutos a una casa rústica. Siguiendo luego la senda más próxima a la orilla, por una garganta granítica cada vez más encajada y hermosa, arribaremos en otro tanto al molino de la Hondilla o de Baltasar, del que sólo queda en pie el torreón de piedra, o cubo, donde el agua se acumulaba y ejercía, al salir a chorro por una pequeña compuerta de la parte inferior, o saetín, la fuerza necesaria para mover la maquinaria. Con que hubiese dentro del cubo una columna de agua de sólo dos metros, ya se aseguraba el funcionamiento del molino.
También queda el rastro del largo caz que conducía el agua del río hasta la boca del cubo, un canal que nos guiará cómodamente por la abrupta pendiente hasta toparnos, como a 20 minutos del inicio, con el molino Alto. Esta aceña, la primera de las que jalonaban el alto Perales –de ahí, su nombre–, conserva la singularidad de un precioso acueducto aéreo de ladrillo que salva la distancia entre el caz, el cual corre por la ladera, y el cubo, que está pegado al río. Un río que, en época de lluvias, brincando atronador por estos canchos de granito, nos recordará vivamente al Manzanares niño, el berreón de la Pedriza.
Avanzando por el caz del molino Alto, que diríase labrado por cíclopes en la pura roca, descubriremos en otros 20 minutos la no menos ciclópea tubería que comunica los embalses de Picadas y Valmayor. No más rebasar ésta, veremos cómo el valle se abre, dando paso a una pradera de égloga, orlada de fresnos copudos, en la que nace el Perales, fruto de la unión de los arroyos de Conejeros y de Fuente Vieja.
La ruta es circular, apta para ir con niños, con desnivel de apenas 100 mts, y con un recorrido total de unos 6 km.
Dónde comer?
Tenemos dos opciones, una es comer a mitad del camino, en una explanada con un pequeño merendero donde los peques podrían jugar un ratito y los mayores hacer sobremesa, o bien hacer la ruta completa y comer en otro merendero que hay al comienzo de la ruta al borde del rio, aunque la zona es algo mas escarpada y las mesas más alejadas unas de otras.
Por lo que, como siempre, llevad en vuestras mochilas todo lo necesario pensando en que quizas, no vayais a tener cerca el coche a la hora de comer.

Recomendaciones
- Llevad sufienciente agua.
- Protector Solar.
- Calzado adecuado a la época. (Se recomienda el uso de botas de montaña)
- Ropa de abrigo, para mayores y pequeños, y de cambio para los pequeños.




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